“Sin prisa, pero sin pausa”, el padre Mariano Irureta entrega detalles del proceso de beatificación del P. Hernán Alessandri

El vicepostulador de la causa de beatificación del padre Hernán nos relata en qué está la causa para que la Iglesia chilena tengan un nuevo Santo y sus principales méritos.

El 30 de marzo de este año 2023 recibimos con mucha alegría y esperanza la noticia de que oficialmente se daba inicio al proceso diocesano de beatificación del Padre Hernán Alessandri M. luego de recibir la venia del entonces Cardenal y Arzobispo de Santiago Don Celestino Aós, y los obispos auxiliares de la Iglesia Chilena.

Este proceso había comenzado el 2014 cuando la Conferencia Episcopal de Chile aceptó por unanimidad iniciar el proceso de canonización – beatificación del P. Hernán. Luego de esto los postuladores presentaron una petición escrita, documento de unas ochenta páginas,  llamado Suplex Libellus, con la que se solicitaba el inicio diocesano de la causa. Este documento contenía básicamente textos que afirmaban la fama de santidad del candidato, su pureza teológicay su importancia eclesial. Éste, además contenía un estudio sobre su biografía, y una lista de posibles personas que pudieran verdaderamente testificar la fama de santidad del candidato en cuestión, sin ocultar testigos contrarios a su fama de santidad,  ya que se trata de buscar la verdad con conciencia y honradez.

El proceso diocesano

¿Y hoy en que está el proceso? ¿Qué falta para tener nuevas noticias? ¿Qué es un proceso diocesano? El vicepostulador de la causa en favor de la beatificación del P. Hernán Alessandri, el padre Mariano Irureta nos entrega más detalles.

El proceso diocesano comenzó el 30 de marzo, en una solemne ceremonia presidida por el Cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Celestino Aós quien constituyó y nombró al Tribunal responsable de esta fase. Sus miembros son:

  • Presidente: P. Jerónimo Walker (sacerdote diocesano).
  • Promotor de Justicia: P. Francisco Cruz (sacerdote diocesano).
  • Notario: María Marcela Corvalán (abogado canonista)

En esta ceremonia se leyeron los documentos pertinentes a la apertura del proceso, se tomó juramento a los miembros del Tribunal y se leyó el acta que daba cuenta de la apertura del proceso en su fase diocesana.

La fase diocesana es la primera etapa de un proceso de canonización en la Iglesia, en la cual se lleva a cabo una exhaustiva investigación sobre la vida, virtudes heroicas y fama de santidad del Siervo de Dios. Durante esta fase se recopilan testimonios de personas que lo conocieron, dando pruebas de su vida y vivencia heroica de las virtudes.

A su vez, durante el año 2024, el Obispo tendrá que nombrar una “Comisión Histórica”, cuyo objetivo será buscar y recoger todos los escritos del P. Hernán, publicados y no editados, así como los documentos históricos, tanto manuscritos como impresos, que tengan relación con la Causa. “Básicamente se ve si la persona tuvo una respuesta para su tiempo o fue una persona que anduvo por las nubes y realmente nadie se enteró de su existencia”, relata Irureta.

Es por esto por lo que un proceso de beatificación dura muchos años, ya que hay que realizar un arduo y documentado trabajo de investigación, recopilación de material, entrevistas a los testigos, que en este proceso alcanzan a más de cincuenta personas, que por diferentes causas y caminos conocieron al Siervo de Dios tanto en Chile como en el extranjero. “Por eso hay que ir sin prisas y sin pausas. Sin apresurarnos, tenemos que hacer el trabajo”, dice el P. Mariano.

Cabe destacar que el tribunal debe trabajar con absoluta neutralidad para mantener la máxima autonomía y objetividad. Por ende, tanto los postuladores no pueden de ninguna manera inmiscuirse ni influir. La finalidad de este tribunal es presentarle al Arzobispo de Santiago, la verosimilitud y credibilidad o no de la fama de santidad del Siervo de Dios. Si la afirmación es positiva, se traspasa la Causa al Dicasterio de los Santos, para dar inicio a la fase romana.

Un viaje al Vaticano: la fase romana

En la sede vaticana, es el Dicasterio de los Santos Dicasterios la que se hace cargo de esta fase. El Dicasterio nombrará un relator que se encargará de llevar adelante todo lo incumbente al proceso. La finalidad de esta fase es escribir una Positio sobre la vida del candidato, con la ayuda de la documentación que provino de la fase diocesana. En esta tarea es fundamental la ayuda y apoyo del postulador de la Causa.

“La Positio es como un “trabajo de doctorado”, que no debe pasar de 500 páginas, donde se fundamenta por escrito que este candidato vivió heoricamente las virtudes teologales, cardinales y humanas. No es un trabajo fácil. Toma sus años. Por ejemplo, solo el temario puede demorar varios años”, dice Irureta.

Un ejemplo reciente de Schoenstatt es la Positio de Mario Hiriart, escrita por Amelia Peirone; edición que cuenta con 554 páginas. Estos textos básicamente describen la vida y virtudes del destacado ingeniero y profesor que ya fue nombrado Venerable por el Papa Francisco.

Una vez terminado este trabajo, se presenta a los treinta y dos cardenales que forman la Congregación de los Santos y de la Fe. Junto con la Positio, además se entrega la biografía científica de la vida del candidato. “En este tiempo estamos ya avanzando con esa biografía que la está escribiendo Roberto Bernet en Madrid”, comenta el padre Mariano.

Fase de un milagro

La tercera y última etapa es la fase de los milagros. Si se le acredita un milagro al candidato, se abre el proceso del milagro en la diócesis en que éste ocurrió. Puede ser en cualquier lugar del mundo. El milagro tiene que ser físico, no bastan los morales. “Para que esto suceda, es importante el conocimiento y divulgación de la fama de santidad del candidato. Hay que añadir que un milagro acelera todo el proceso”, dice el vicepostulador de la causa.

Para ser declarado beato, junto a la confirmación de los Dicasterios de los Santos y de la Fe, se necesita un milagro. Para la posterior canonización, se requieren dos.

Aspecto Pastoral: Difusión de la fama de santidad.

Hay que dejar en claro que está prohibido que a un Siervo de Dios se le tribute culto público o eclesiástico. Sin embargo, esto no impide la devoción privada y la difusión espontánea de su fama de santidad a través de la oración, peregrinación a su tumba, celebración de fechas importantes de su vida, divulgación de su biografía, etc. “Hay que ser muy delicado. La gente tiende con facilidad a la idolatría. Hay cosas que la Iglesia acepta, como la oración, la peregrinación a la tumba. Pero hay que mantener un cuidado muy grande, sobre todo en ámbitos sagrados. No colocar ninguna reliquia e imagen que pudiera insinuar que esta persona ya es santa”, añade el P. Mariano.

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