Desde el año 1966 el Instituto de Padres de Schoenstatt ha estado a cargo de dirigir uno de los grandes emblemas de la Iglesia Católica de Chile, el Templo Votivo Santuario Nacional de Maipú. Por eso conversamos con el padre Marcelo Aravena, su actual rector, para que nos cuente algunos detalles de su experiencia en este icónico lugar.
¿Cuál es la misión principal que guía su labor como rector del Templo Votivo de Maipú?
En primer lugar, estoy muy agradecido por la confianza que han puesto mis superiores en mí al darme tan noble tarea. Rector del Templo Votivo Santuario Nacional de Maipú. Agradezco la confianza de darme el honor de estar al servicio del pueblo católico de Chile. En segundo lugar, para mí es lindo constatar la labor hecha por mis antecesores. Yo soy el quinto padre de Schoenstatt que asume esta tarea como servidor del santuario. El primero fue el padre Joaquín Alliende, el segundo fue el padre Raúl Feres, el tercero fue el padre Carlos Cox, luego el padre Raúl Arcila y finalmente mi persona. Todos mis antecesores han hecho una gran labor para hacer de este templo el símbolo de la Iglesia Católica en Chile.
Ya van 57 años de historia, desde el año 66, que un padre de Schoenstatt lidera este templo y para mí es una honra estar ahí, en esa huella. Lo asumo con mucha humildad, pero también con un gran sentido de responsabilidad.
¿Cómo ve el papel de este santuario en la vida espiritual de la comunidad?
Llevo aquí ya siete meses y he constatado que el Santuario Nacional de Maipú es tierra de encuentro para los católicos chilenos y más allá. No solo católicos. En el templo, que es casa de María, la señora del Carmen, todos encuentran su lugar, sin discriminación y eso me da mucha alegría, de que todos aquí tienen un lugar y una forma de expresión.
Nos visita el peregrino que llega individualmente y grupos de personas de alguna comunidad como congregaciones de órdenes religiosas, parroquias, colegios, hospitales, grupos de trabajadores de diversas especialidades, como también militares uniformados, políticos y servidores sociales. Realmente Maipú es una tierra de encuentro. Donde todos tienen lugar, porque aquí está la Casa de María, nuestra Señora del Carmen.
¿Qué atrae a tanta gente a este lugar?
Diferentes motivos. Vienen algunos con curiosidad haciendo turismo religioso ya que tenemos mucho que mostrar. Desde la entrada con los muros históricos de la iglesia que antecedió el actual templo. El templo mismo con toda su arquitectura grandiosa y maravillosa y obviamente la Virgen del Carmen, los altares diversos y ahora y ahora El Mirador donde tenemos una muestra museográfica bellísima de la Batalla de Maipú a sesenta metros de altura y con 360 grados de visibilidad sobre Santiago y sus alrededores. También debo mencionar que toda la explanada con las columnas es de un gran atractivo para la gente, para venir a encontrar paz y tranquilidad. Por supuesto, también el parque que rodea toda la parte trasera del santuario y no puedo dejar de mencionar también el Museo del Carmen, un museo histórico, de nivel internacional.
Además, la gente viene a agradecer, alabar, suplicar perdón y también a pedir fuerza para seguir el camino de vida. Mi testimonio es que como ellos vuelven, quiere decir que son escuchados. Muchos vuelven para renovar su promesa y su petición. Vuelven a agradecer, a pedir perdón y creo yo también a renovar su fidelidad al Señor y a la Virgen del Carmen.
¿Qué le ha llamado la atención en estos siete meses que ha estado trabajando aquí en Maipú?
Un aspecto que para mí es muy interesante, es la comunión que se da entre lo religioso, lo histórico y lo cultural. Una trilogía muy especial que está unida íntimamente. Por un lado, está la historia patria en su independencia ya que el Santuario es fruto de una promesa del pueblo de Chile. “Te vamos a construir un santuario donde tenga lugar la batalla que asegure la independencia de Chile” y esto ocurrió el 5 de abril de 1818. Lo otro, que ha sido tradición en estos últimos 57 años desde que los padres de Schoenstatt hemos sido rectores, es hacer de este lugar un espacio para diferentes expresiones culturales: arte, música, danza, poesía y canto. Eso expresa la universalidad del mensaje del Santuario Nacional de Maipú.
¿Qué evento destacaría o que haya dejado una huella especial en la comunidad o en usted mismo?
Este año 2024, el 24 de noviembre, estamos celebrando los 50 años de la bendición del santuario con un lema que dice: “Contigo Virgen del Carmen, 50 años de esperanza para Chile”. Queremos dar un mensaje de esperanza para todo Chile. Un mensaje de fraternidad, comunión y paz. Que pensamos es lo que necesita Chile en este momento.
Además de eso tenemos más de 80 actividades regulares durante el año. Pero yo destacaría, por ejemplo, el Tedeum del 5 de abril, en marzo la renovación de la promesa por parte de los bailes religiosos, el 16 de julio que es el día de la Virgen del Carmen, el Día de la Oración por Chile el último domingo de septiembre y el Día de las Américas que celebramos con las comunidades migrantes el día de la Inmaculada el 8 de Diciembre.
¿Destacaría algún testimonio conmovedor o alguna historia inspiradora que haya visto en este tiempo como rector?
Más que algo en particular, me llama la atención que aquí uno encuentra a la gente, encuentra al pueblo de la fe sencilla. He escuchado y he presenciado esos testimonios conmovedores de gente sencilla que agradece a Jesús y a la Virgen del Carmen y eso me conmueve y enternece. He visto numerosas sanaciones espirituales de gente que viene al santuario y experimenta esa gracia. Esa conversión y transformación que hay en este lugar.
Lo otro que me llama la atención es que aquí todo es multitudinario. Son siempre cientos y miles de personas. Me conmueve el hecho de que Jesús y la Virgen del Carmen llaman a su pueblo y este acude al Santuario Nacional de Maipú. Especialmente el maipucino, identificado con el templo como testigo de la historia de Chile y de su comuna.
¿Cómo ve la cercanía de la familia de Schoenstatt con el Santuario de Maipú?
Yo la veo sinceramente un poco distante. No veo visitantes schoenstattianos frecuentemente aquí en el santuario y deben tener sus razones. Tampoco he visto colegios del movimiento que vengan acá a visitar el templo. Tal vez ha faltado iniciativa por parte del santuario para ser creativos en convidarlos. Invitarlos a algo agradable, lindo o simpático. Quizás debemos hacer un esfuerzo mayor para convocar a los schoenstattianos para que se sientan motivados.
¿Qué mensaje le daría a toda la Familia de Schoenstatt?
Me gustaría invitar a todos mis hermanos en la Alianza a que visiten el Santuario aquí en Maipú y que vengan a renovar su Alianza aquí también en el Santuario de María del Carmen. Porque aquí también se dan las gracias de acogimiento, de la transformación y del envío apostólico.
«Iglesia que hace camino al andar»: Reportaje sobre el Santuario de Maipú publicado en Schoenstatt Vivo
Para más información los invitamos a visitar el sitio web del Santuario y seguirlo en sus diferentes redes sociales como Instagram y YouTube.