El sínodo sobre la sinodalidad: Puntos importantes para la reflexión y trabajo eclesial

El texto final de la primera etapa del “Sínodo de la Sinodalidad”, celebrado en Roma el pasado mes de octubre, ya está disponible en las redes sociales para todos. La intención del Papa Francisco era abordar todos los temas que las iglesias locales habían aportado durante los últimos años en los sínodos diocesanos. Aunque la prensa destacó solo algunos temas llamativos para la audiencia, como la ordenación de mujeres, sacerdotes casados y la bendición de parejas homosexuales, es importante recordar que el texto de más de 40 páginas aborda una variedad de temas que deben ser fuente de inspiración y reflexión para las comunidades locales, de cara a la asamblea eclesial
final en octubre de 2024.

A continuación, algunos de los puntos más significativos del documento final de esta primera etapa sinodal:

1.- Participación laical: Aunque no es completamente novedoso debido a la dinámica creciente de las últimas décadas, hubo un notable salto con la incorporación de laicos, especialmente mujeres, con derecho a voto. La organización del sínodo en mesas grupales mixtas es una novedad absoluta, un modelo sin vuelta atrás. Este camino sinodal convocado por el Papa Francisco involucró a todos los bautizados, como se evidenció en la asamblea.

2.- “Conversación en el Espíritu Santo”: Todo el sínodo estuvo impregnado de momentos de cenáculo, imploración al Espíritu Santo y sus dones, buscando entrelazar pensamiento y sentimiento para crear una relación compartida y un espacio vital. Esta práctica reflexiva y de
oración nos remite a las costumbres de las primeras comunidades cristianas, permitiendo una escucha auténtica para discernir lo que el Espíritu dice a las Iglesias.

3.- Unidad en la diferencia: El informe reconoce desacuerdos e incertidumbres, recordando la frase de San Agustín: “En lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; y, sobre todo, caridad”. La Iglesia se ve afectada por la polarización y la desconfianza en cuestiones vitales, pero esto se presenta como un estímulo para el diálogo y la búsqueda de puntos de encuentro.

4.- La mujer, incorporación definitiva: Se atendió finalmente a la otra mitad de la Iglesia y de la humanidad. El texto destaca que las mujeres claman por justicia en sociedades marcadas por la violencia sexual, la desigualdad económica y la tendencia a tratarlas como objetos. Se enfatiza la necesidad de un acompañamiento pastoral y una defensa vigorosa de las mujeres, desafiando a la Iglesia a evitar hablar de la mujer como una cuestión o problema.

5.- Transparencia, transparencia, transparencia: En la dinámica de “Iglesia, casa de todos”, se insiste en una mayor comunicación en la administración de esta casa común, desde la elección de los consejos parroquiales hasta el uso de los recursos diocesanos y parroquiales. Mayor transparencia significa un servicio más eficiente a las comunidades.

6.- Los pobres y marginados, en el centro: Se reitera la opción preferencial por los pobres y marginados, insistiendo en su dignidad y advirtiendo a la Iglesia sobre evitar ver a quienes viven en la pobreza como ‘ellos’ y ‘nosotros’. Se destaca la necesidad de poner a quienes experimentan la pobreza en el centro y aprender de ellos.

7.- La Iglesia, casa de todos: La Iglesia es el lugar de encuentro de todas las razas y naciones, un refugio y protección para las minorías en muchas partes del mundo. Se insta a combatir el racismo y la xenofobia, identificando y abordando los sistemas dentro de la Iglesia que perpetúan la injusticia racial.

8.- Prevención y combate a los abusos: Se aborda específicamente la necesidad de prevenir y combatir los abusos dentro de la Iglesia, sugiriendo la posibilidad de establecer un cuerpo jurídico separado del obispo para manejar las acusaciones de abuso clerical.

9.- Mejorar el lenguaje litúrgico: Se plantea el desafío constante de hacer que el lenguaje litúrgico sea más accesible y esté más incorporado en la diversidad de culturas, prestando atención al uso de un lenguaje que considere tanto a hombres como a mujeres.

10.- Continuar la reforma de la Curia Romana: El sínodo respalda los esfuerzos del Papa Francisco para reformar la Curia romana, poniéndola verdaderamente al servicio del Papa y los obispos. Se destaca la importancia de las visitas periódicas de los obispos a Roma como ocasiones para un intercambio abierto y mutuo que fomente la comunión y un verdadero ejercicio de la colegialidad y la sinodalidad. El sínodo también promueve pequeñas comunidades cristianas que vivan la cercanía de lo cotidiano, en torno a la Palabra de Dios y a la Eucaristía, fomentando un estilo sinodal.

Artículo del P. Hugo Tagle para la Revista Mensaje Diciembre 2023.

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