«Una nueva esperanza para nuestra comunidad en México»: Santiago Abella fue ordenado sacerdote en una emotiva celebración en San Luis Potosí

El pasado sábado 8 de febrero la comunidad de Schoenstatt en México vivió una gran fiesta con la ordenación sacerdotal de Santiago Abella en San Luis Potosí. La celebración reunió a familiares, amigos y fieles de distintas partes de México. Incluso un grupo de jóvenes de Chile, con quienes Santi estuvo trabajando este último tiempo en Santiago, estuvieron acompañándolo en este importante paso de su vocación.

Las celebraciones duraron tres días. El viernes anterior en la noche, la comunidad participó en una emotiva adoración al Santísimo en la explanada del santuario de la ciudad con reflexiones y cantos que prepararon el corazón de los asistentes para la gran celebración del sábado. «Fue muy bonito, muy bien preparado, con reflexiones guiadas, con cantos y participó un buen grupo de gente entre jóvenes y adultos. Un ambiente de oración como para ir preparando el corazón para lo que venía al día siguiente. Santi ya estaba ahí y mucha gente ya lo estaba saludando», cuenta el P. Felipe Pérez que viajó desde Roma para participar de la celebración.

La misa de ordenación contó con la participación de aproximadamente 800 personas y fue un evento de profunda espiritualidad y alegría. Al final, según relatan algunos presentes, se armaron grandes filas de personas para saludar al nuevo sacerdote. «Destaco mucho a la Familia de San Luis Potosí, que se le veía muy comprometida y organizada, con la camiseta muy puesta. Fueron muy generosos. Sin tener la experiencia, nunca les había tocado organizar una ordenación, la verdad se la jugaron y transmitieron un bonito testimonio de compromiso», dice el P. Felipe.

Un toque emocionante para la ceremonia fue el coro que estuvo encabezado por el hermano de Santiago, Ferrán. «Le dio un ambiente muy alegre, cercano y festivo», agrega.

«Una de las cosas más emocionantes de la ordenación fue poder ser parte de la alegría del momento, de la de Santi por recibir el ministerio, la de la gente de San Luis que estaban felices y se esmeraron mucho por tener una linda fiesta, pero también la de toda la familia de Schoenstatt de Mexico, muchos viajaron desde distintos lugares para poder ser parte de la fiesta y el ambiente era de total gozo», comenta el P. Domingo Errázuriz, compañero de curso del P. Santiago y uno de los que viajó desde Chile a la celebración.

Un artículo sobre la ordenación publicado en el sitio oficial de Schoenstatt Internacional destacó la sencillez de la celebración: «sin ostentaciones, solo flores, carpas y sillas. Las flores, protagonistas de la decoración, dieron vida al desierto donde se encuentra el Santuario. Todo fue una muestra auténtica del cariño de la gente hacia él, haciendo de su entrada al sacerdocio un momento hermoso, vivido a la sombra del Santuario».

Otro momento muy significativo fue cuando, al finalizar la misa, el obispo Jorge Alberto Cavazos, quien presidió la ordenación, se arrodilló ante Santiago para recibir su primera bendición, un gesto de gran humildad que emocionó a todos los presentes.

La primera misa de Santiago

El domingo, el nuevo sacerdote celebró su primera misa también en el Santuario de Schoenstatt de San Luis Potosí. En ella transmitió paz y una espiritualidad profunda, características que lo definen según señalan muchos de sus amigos y conocidos.

En la prédica, el P. Felipe Pérez, con quien Santiago coincidió en el trabajo con las juventudes de San Luis Potosí, lo animó en el desafío que comienza en su camino sacerdotal. «Tuve el regalo de hacer la homilía en su primera misa y fue muy bonito también reflexionar a partir de las lecturas de ese día, su símbolo y su lema. Le hice la invitación a vivir el desafío y lo bonito que viene adelante ahora en este camino».

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