Durante el pasado fin de semana, la Familia de Schoenstatt en Monterrey vivió un acontecimiento histórico con la bendición del nuevo Santuario María Tierra de Esperanza. Luego de más de cinco años de intenso trabajo, oración y capital de gracias, se hizo realidad el anhelo de contar con un santuario en el corazón de la ciudad.
«Nuestro Santuario actual, María Camino al Cielo, está en la cima de una montaña, lo que hace que el acceso sea complicado para muchas personas. Teníamos el sueño de construir uno en el centro de Monterrey, más cercano a la comunidad», comentó José Carlos Sánchez, encargado de comunicaciones del nuevo santuario.
El evento se desarrolló en tres días llenos de espiritualidad y celebración. La jornada comenzó el viernes con una emotiva cantata en la que participaron los padres Gonzalo Villaseca, Rodrigo Correa, Ignacio Camacho y el recién ordenado Santiago Abella que, junto a las juventudes, encendieron los corazones de los presentes con sus cantos y voces. Fue un momento de oración y recogimiento que preparó los corazones para la gran celebración del sábado.
El día central fue el sábado, con la bendición del Santuario presidida por el Arzobispo Metropolitano de Monterrey, Monseñor Rogelio Cabrera. La jornada comenzó temprano, con la apertura de puertas a las 8:30 a. m., dando paso a una serie de actividades que conectaron la historia de Schoenstatt en Monterrey con el presente. Entre ellas, destacó una carrera simbólica organizada por la Juventud Masculina local, que recorrió 46 km desde el Santuario María Camino al Cielo, pasando por seis puntos marianos de la ciudad, hasta llegar al nuevo Santuario, donde encendieron un pebetero con las llamas recolectadas a lo largo del recorrido.
«Fue un momento muy emotivo, una jornada llena de significado y unidad. Nos acompañaron numerosos sacerdotes, entre ellos el Padre Carlos Padilla y el Padre Rodrigo Correa, junto con otros sacerdotes diocesanos y de diferentes movimientos que trabajan cercanamente con la juventud», agregó José Carlos.
Más de 1.200 personas participaron en la ceremonia de bendición. «Incluso se tuvo que restringir el acceso en un momento porque el lugar alcanzó su máxima capacidad», mencionó. Tras la bendición, la imagen de la Mater fue entronizada en el Santuario, marcando el fin de una peregrinación de tres años en la que visitó más de 650 casas y eventos en Monterrey.
«Es un anhelo de años hecho realidad. Muchas personas han puesto su esfuerzo, trabajo, aportes y oraciones para hacerlo realidad. Es un regalo espiritual ver crecer a toda la Familia de Schoenstatt de Monterrey en la unidad y en la profundidad de la Alianza», dijo el P. Andrés Espinoza que trabajó por muchos años en México.
Por la tarde, el Padre Carlos Padilla celebró la primera misa en el nuevo Santuario, con una asistencia de entre 600 y 700 personas. El domingo, seis misas fueron celebradas en distintos horarios, permitiendo que toda la Familia de Schoenstatt en Monterrey pudiera vivir este momento de gracia.
Uno de los hitos más significativos fue la sorpresa que recibió la comunidad: un video mensaje del Papa Francisco. En él, el Santo Padre felicitó a la Familia de Schoenstatt por este nuevo Santuario y animó a todos a «ser santuarios vivos». «Fue un revuelo increíble ver que el Papa mencionara nuestro Santuario y nos diera este mensaje de aliento», concluyó José Carlos.
El P. Andrés, que viajó desde Chile para la celebración, destacó tres momentos muy especiales y emotivos que se dieron en la bendición del Santuario María Tierra de Esperanza: «La unción del altar y las paredes por el obispo, la entrada solemne de la Mater, que recorrió los pasillos entre cantos y aplausos, y el mensaje sorpresa del Papa Francisco, que fue un cierre inolvidable para la Eucaristía de bendición».
Con este Santuario en el centro de Monterrey, la Familia de Schoenstatt abre una nueva etapa de misión y evangelización, llevando el espíritu mariano a toda la ciudad y consolidando un nuevo hogar para la Virgen María. «Monseñor Rogelio Cabrera remarcó la importancia de tener este santuario en medio de la ciudad, de acceso fácil para todos, un lugar cercano donde encontrarse con Jesús y con la Mater», finaliza el P. Andrés.
Dejamos fotos compartidas por la Familia de Schoenstatt de Monterrey durante las celebraciones:











































