En el Santuario de los Padres de Schoenstatt en Florencio Varela, Argentina, más de veinte sacerdotes latinoamericanos se reunieron para realizar un encuentro de dos días en que se realizaron varias ponencias en torno al tercer hito del 31 de mayo y la figura del P. José Kentenich.
“El todo y el fragmento” fue el título de esta jornada organizada por el Instituto de Sión en la persona del P. Raúl Espina. «La idea era reflexionar en torno a los nuevos estudios que se han hecho del 31 de mayo, de cómo podemos ir, de alguna manera juntando, conociendo los nuevos avances e intereses, todo de manera bastante libre. La idea no era tener un solo tema sobre el tercer hito, sino que todo lo que se había investigado sobre este tema», dijo el P. Patricio Moore, quien dirigió una de las ponencias.
En total fueron doce ponencias que se dividieron entre el 25 y 26 de noviembre. Cada una duraba veinte minutos y luego se daban discusiones respecto a cada temática en particular. «Fueron muchas ponencias disciplinares. Reflexionamos sobre temas de Schoenstatt desde diferentes perspectivas de las ciencias sociales tales como la psicología, la historia y la antropología, lo que fue muy interesante», dijo el P. Enrique Grez.
El encuentro comenzó con una introducción al estudio del padre Kentenich, que también incluyó lo que ha pasado con las investigaciones que se han generado en torno a este tema luego de la publicación del libro de Alexandra von Teuffenbach.
Luego vinieron once ponencias en las que se expusieron “fragmentos” del desarrollo del 31 de mayo, con acentos en los vínculos personales, los límites en las relaciones personales, algunos aspectos históricos que hasta ahora se habían dejado de lado y la proyección pastoral de algunos elementos del Tercer Hito.
En uno de los módulos de trabajo se realizó una visita a Nuevo Schoenstatt. Ahí los padres fueron recibidos por la Hna. Ma. Julia quien aportó una visión del tema desde la perspectiva de las Hermanas de María. Luego se celebró una misa presidida por el P. General en el Santuario.
«Aparte de todo el quehacer académico y reflexivo, siempre es una alegría juntarse con los hermanos que no veíamos hace mucho tiempo. Muchos de los que tenemos menos de sesenta, tuvimos tiempos de formación extensa ahí en la casa de Florencio Varela, por lo que tenemos muchos buenos recuerdos. El Santuario de ese lugar habla mucho de la historia de nuestra comunidad», dijo el P. Enrique Grez. «Además el parque del Santuario está realmente muy bonito», añadió.