«El tenor fue la alegría de los jóvenes», P. Roberto Navarro nos cuenta sus vivencias en la Jornada Nacional de la Juventud en La Serena

Entre el 22 y el 26 de enero, La Serena fue el epicentro de un evento histórico para la Iglesia en Chile: la primera Jornada Nacional de la Juventud, organizada por la Conferencia Episcopal y que reunió a más de 6.000 jóvenes de Arica a Punta Arenas. Con una estructura similar a la Jornada Mundial de la Juventud, los participantes vivieron días intensos de oración, catequesis, apostolado y encuentro con la Iglesia.

El Padre Roberto Navarro, miembro de nuestra comunidad y director de Radio María en Chile, estuvo presente durante toda la jornada y su testimonio refleja la magnitud y el impacto de este evento. «Había chicos de todo el país, de la Universidad Católica, de la Universidad de Los Andes, del DUOC, de múltiples universidades y colegios. Fieles de parroquias de todo Chile. En fin, una multitud muy amplia y diversa», señaló.

Desde la misa de apertura, celebrada en el Parque Pedro de Valdivia, hasta la vigilia y la misa de cierre, celebradas en el icónico faro de la playa principal de la ciudad, cada momento estuvo marcado por la fe, la alegría y una profunda espiritualidad juvenil. «Fue impresionante ver cómo la piedad popular se manifestaba con tanta fuerza. Me llamó la atención, por ejemplo, en la misa de apertura con la entrada de la Virgen de Andacollo, que se desató una explosión de júbilo entre los asistentes», comentó el Padre Roberto.

Otro momento impactante, según revive el P. Roberto, fue en la vigilia cuando se dio una transición de efervescencia a un profundo recogimiento. «Durante dos horas hubo música de bandas rockeras y melódicas, generando un ambiente vibrante. Pero en segundos, tras la intervención de una monja en el escenario, toda la multitud estuvo de rodillas en oración. Ver esa transformación fue muy sobrecogedor», relató. La llegada del Santísimo en un bote a la playa fue otro momento de gran simbolismo y emoción durante la vigilia.

Cerca de 24 obispos estuvieron presentes en el evento y su presencia fue clave. «Me sorprendió la cercanía de los obispos con los jóvenes. Se notaba su interés genuino en escuchar y dialogar con ellos. A pesar de los temores iniciales sobre posibles manifestaciones adversas, la jornada transcurrió en un ambiente de gran comunión y sin incidentes», destacó el Padre Roberto.

Radio María fue el único medio que cubrió el evento de principio a fin, transmitiendo en vivo cada una de las actividades más relevantes. Un punto de gran afluencia fue la Parroquia San Pedro en Coquimbo, donde se encontraba una reliquia del Beato Carlo Acutis, un referente significativo para la juventud católica actual. «Transmitimos desde ahí y fue impresionante ver la cantidad de jóvenes que acudían a rezar y encontrarse con la figura de Acutis», compartió.

Hubo una presencia muy marcada de los jóvenes en la ciudad. «Se podía ver por todos lados grupos de chicos con sus mochilas iluminando con su actitud alegre. Estuvo muy bien planificado todo y hubo muchas actividades para hacer, desde talleres a apostolados y actividades solidarias. Me llamó la atención la profundidad e interioridad de quienes asistieron, porque te das cuenta que muchos jóvenes llegaron con una amplia experiencia pastoral».

A pesar del éxito de la jornada, el Padre Roberto lamentó la ausencia de jóvenes de las Juventudes de Schoenstatt. «Era una oportunidad única para mostrarnos como parte viva de la Iglesia. Que se haga cada cuatro años refuerza la importancia de participar y hacernos presentes», concluyó.

La Jornada Nacional de la Juventud dejó una huella profunda en quienes participaron, demostrando que la fe sigue viva en el corazón de los jóvenes chilenos y que eventos como este son fundamentales para fortalecer su compromiso e identidad cristiana.

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