El pasado 20 de diciembre se vivió un momento lleno de significado y alegría para la familia de Schoenstatt de Concepción con la bendición de “El Rancho”, la renovada casa de la Juventud Masculina. Este espacio, que ha sido testigo del crecimiento y formación de generaciones de universitarios, culminó un proceso de remodelación que se extendió durante todo el 2024.
Ubicada en el barrio universitario de Concepción, “El Rancho” tiene una rica historia: construida antes de 1917 y bajo la administración del Instituto Secular de los Padres de Schoenstatt desde 1993. Este año, con el apoyo del padre Rodrigo Gajardo y otros colaboradores, la casa fue adaptada a los estándares modernos y reacondicionada para seguir siendo un lugar de encuentro y formación para la juventud masculina.
“Ha sido un proceso largo, pero ver el resultado final nos llena de esperanza y alegría. Esta renovación permite que la juventud masculina tenga un espacio acorde a los tiempos y preparado para nuevos desafíos”, comentó el padre Jesús Ruiz, quien ha sido parte activa de este proyecto.
La ceremonia de bendición reunió a la comunidad de Schoenstatt de Concepción, así como a universitarios que habían pasado por “El Rancho” en décadas anteriores, algunos de ellos junto a sus familias. Durante el evento, se compartieron recuerdos mediante fotografías antiguas que evocaron historias y momentos vividos en este espacio. “Fue muy emotivo ver cómo las generaciones pasadas se reencontraron con un lugar que marcó sus vidas, ahora renovado y listo para seguir formando a más jóvenes”, agregó el padre Jesús.
El rito de bendición estuvo presidido por el padre Jesús y contó con las visitas del P. Enrique Grez, el P. Diogo Barata y los padres residentes en la ciudad como el padre Pablo Pizani y el padre Juan Ignacio Hormazabal. Fue un acto solemne y emotivo que simbolizó la culminación del proceso de renovación y el inicio de una nueva etapa para las Juventudes de Schoenstatt en Concepción.
Tras la ceremonia, los asistentes disfrutaron de un momento de camaradería y alegría, reafirmando el espíritu de comunidad y esperanza que caracteriza al movimiento. “La bendición fue como la coronación de todo este esfuerzo. Ahora tenemos un espacio que no solo es funcional, sino también inspirador para los jóvenes”, enfatizó el padre Jesús.
“El Rancho” ya está siendo utilizado activamente por los jóvenes. En las semanas posteriores a la bendición, han comenzado a realizar reuniones, actividades de grupo y estancias en la casa, aprovechando las renovadas instalaciones. Este espacio renovado simboliza no solo un logro arquitectónico, sino también una oportunidad para seguir creciendo como comunidad y seguir impulsando la formación de los jóvenes en la misión de Schoenstatt.