Corría el año 1993 cuando el P. Hernán Alessandri llegó a Puente Alto, en la periferia de Santiago, a fundar el Centro Educacional Familiar de María Ayuda entre las poblaciones El Refugio y Carol Urzúa. La idea era dar una respuesta educativa y recreativa integral a las familias del sector. Esa semilla, con el pasar del tiempo, ha dado grandes frutos y hoy da cuenta de una capilla, un centro comunitario, el Colegio Padre José Kentenich y el Jardín Infantil Casa Belén que entregan educación a niños vulnerables del sector bajo el paraguas de nuestro Instituto y la Fundación Padre Hernán Alessandri.
Además, actualmente nuestra comunidad cuenta con una filial en Puente Alto donde viven tres padres que trabajan desde la Capilla del Señor de la Misericordia y donde el trabajo solidario es clave en su funcionamiento.
El gran aporte comunitario de la Capilla del Señor de la Misericordia
«El sábado 10 de agosto celebramos el Día del Niño en la capilla, ésta es una actividad que hace la Fundación Arde y reúne a muchos niños y niñas del sector. Hubieron juegos inflables, sillitas musicales, deporte y sorpresas varias. Estamos preparando una entrega de cajas de alimento, algo que queríamos retomar este mes», cuenta el P. Juan Pablo Cruz, quien vive en la casa de Sion Puente y participa activamente del trabajo en la comuna.
Un hecho solidario importante se dio gracias a Isabel Sepúlveda, encargada de pastoral social de la capilla, que logro que pudieran recibir un fondo de invierno de 400 mil pesos para la campaña “contigo hermano” de la Vicaría que entrega mercadería a familias del sector. «Éstos fondos servirán para comprar la mercadería que falta», cuenta el P. Juan Pablo.
En el trabajo pastoral también destaca una campaña de la Virgen Peregrina, que poco a poco va creciendo. «Semana a semana entregamos un promedio de 10 imágenes durante la misa del domingo», añade el padre.
Otros hitos importantes han sido el Taller de Liturgia que se hace en la capilla que ha tenido gran aceptación entre los feligreses según relata el P. Juan Pablo y el embellecimiento de la capilla. «Gracias a una donación de pastelones por parte del Santuario de Schoenstatt de Buin, estamos trabajando en el embellecimiento de algunos lugares de la capilla y mejorando el acceso para adultos mayores. Además fuimos anfitriones de un encuentro para todos los encargados de la pastoral social del Decanato Sur de la zona Maipo».
El impulso educacional de la Fundación P. Hernán Alessandri
La Fundación Educacional P. Hernán Alessandri es una fundación sin fines de lucro que se creó el año 2010 para desarrollar dos proyectos de educación fundados por el Padre Hernán y que estaban al alero de la Corporación María Ayuda: el colegio Padre Kentenich y el Jardín Infantil Casa Belén.
Ambos son una comunidad escolar católica, inspirada en la espiritualidad y pedagogía kentenijiana y en la visión formativa del Padre Hernán Alessandri, que pertenecen a los Padres de Schoenstatt. El colegio forma parte de la Red de colegios kentenijianos pero tiene la particularidad de ser el único colegio gratuito con foco en familias de alta vulnerabilidad.
«Nuestros estudiantes vienen de los sectores cercanos al colegio y tienen múltiples necesidades, por lo que el trabajo que se realiza es un gran desafío y a la vez una oportunidad única de apoyo real para ellos. Tanto en el colegio como en el jardín el vínculo es un pilar fundamental, que se construye y se cuida en todos los espacios«, señala Claudia Larroulet, Gerente de la Fundación Educacional Padre Hernán Alessandri. «También buscamos dar diversas oportunidades para que los estudiantes puedan descubrir su originalidad y sus talentos, para que puedan desarrollarse plenamente y alcanzar su misión de vida. Hoy estamos en una nueva campaña para buscar padrinos para estos dos proyectos, que puedan comprometer cualquier aporte mensual lo que permita a complementar y mejorar la educación para estos niños y jóvenes», añade.
Actualmente la fundación cuenta con 103 padrinos que son un gran apoyo económico para el desarrollo del proyecto educacional por lo que Claudia invita a más personas a sumarse: «¡Necesitamos sumar muchos más! Los grandes desafíos actuales como el rezago en el desarrollo de la primera infancia tras la pandemia, las dificultades de convivencia escolar, atraso en aprendizajes y falta de alternativas de desarrollo sano fuera del horario escolar, nos exigen buscar la colaboración de muchos para compartir los esfuerzos y juntos lograr esa diferencia».
El slogan de la campaña para buscar nuevos padrinos dice «ellos tienen el poder de soñar, tú el poder de ayudar». La idea es apelar a esa oportunidad de compartir esfuerzos, donde los sueños y talentos de los estudiantes, sus familias y profesores, se unan con los esfuerzos y apoyos de muchas personas del movimiento de Schoenstatt, de otros colegios de la red kentenijiana y de muchas otras partes en un objetivo común que es la educación y formación de estos niños y jóvenes.