«Nos sentimos herederos de una tradición musical que Dios ha regalado a nuestra Comunidad»

Hace pocas semanas el P. Rodrigo Correa, el P. Gonzalo Villaseca y el seminarista Manuel Lorca lanzaron oficialmente su segundo disco titulado «Berit Live Sessions Vol. II». Este lanzamiento ha emocionado a cientos de personas, consolidando al grupo como un nuevo referente entre la música y la espiritualidad.

En esta entrevista exclusiva, los integrantes de Berit nos cuentan cómo nació esta iniciativa, el significado detrás de su música y la misión que, como sacerdotes de Schoenstatt, buscan transmitir a través de sus canciones. Desde los orígenes inesperados del grupo hasta sus experiencias en presentaciones internacionales, descubrimos la historia detrás de las melodías que han tocado corazones en varios países del mundo.

¿Cómo surgió la idea de crear Berit?

(P. Rodrigo Correa) Fue muy inesperado. Algunos asesores de la juventud soñábamos con hacer un encuentro nacional de oración en Chile. A ese proyecto le pusieron “Berit”. Para llegar a los jóvenes pensamos que era buena idea poder grabar algunos cantos que generaran contenido para redes sociales y así publicitar el encuentro de oración. Pero, finalmente, el encuentro nunca se hizo, y la grabación sí. 

¿Qué significa el nombre «Berit» y cómo refleja su misión como músicos y sacerdotes?

(P. Rodrigo Correa) Berit significa alianza en hebreo. Tiene relación con nuestro carisma de Schoenstatt que realza la realidad de la Alianza de Dios con su pueblo en toda la historia de salvación y que se vive de un modo profundo en la Alianza de Amor con María. Como sacerdotes de Schoenstatt nos sentimos custodios de nuestro carisma de Alianza y reconocemos ahí un camino seguro al cielo y la santidad. 

¿Qué rol cumple la música en su labor pastoral y en la misión de los Padres de Schoenstatt?

(P. Rodrigo Correa) Es muy central. Lo vemos como un gran don del Espíritu Santo. Es misterioso pero, prácticamente en todas nuestras juventudes en el mundo, la música es una forma importante y frecuente de oración y alabanza. En nuestros santuarios, la juventud canta mucho para rezar. 

Desde que estamos en la juventud, la música que se ha compuesto en nuestra comundad acompañaba nuestra oración. De algun modo, somos herederos de una tradicion musical que Dios ha regalado a nuestra comunidad y nuestro movimiento. 

¿Qué los inspira al componer canciones religiosas? ¿Tienen algún proceso creativo especial?

(P. Rodrigo Correa) Creo que las canciones surgen más como una necesidad natural de decirle cosas a Dios en la oración. En esta forma particular, decimos y rezamos con música. La poesía, los ritmos, los arreglos… todo ayuda a rezar y alabar a Dios. 

La música nos ha permitido expresar muy naturalmente el mundo interior y la relación con Dios. Es bonito reconocer que, al menos hasta ahora, las canciones de Berit son composiciones muy honestas nacidas de la oración personal. 

¿Se inspiran en otros músicos que no vengan del mundo religioso?

(P. Rodrigo Correa) No se si lo hacemos conscientemente pero es evidente que  influyen nuestros gustos musicales en el modo de componer. Me animo a decir que tenemos algunos gustos musicales parecidos. A la hora de hacer arreglos a nuestras canciones o proponer algunos cambios, es super fácil coincidir y llegar a acuerdos. 

¿Qué tipo de audiencia buscan alcanzar con su música? ¿Cómo ha sido la recepción del público hasta ahora?

(P. Rodrigo Correa) Es una pregunta curiosa. Con mucha honestidad, creo que, en principio, no componemos pensando en la audiencia. De ahí la honestidad de nuestras canciones y la sorpresa inagotable al descubrir que le sirva a otras personas para rezar. 

A la hora de grabar, empezamos a hacernos cargo de que queremos compartir algo que a nosotros nos ha servido para el cultivo espiritual. En ese sentido, cualquiera que tenga cosas que decirle a Dios o que quiera ponerle nombre a algún proceso interior, puede sentirse identificado con nuestras canciones. 

La recepción de la gente ha sido increible y supera por todos lados nuestras expectativas. Es muy fácil reconocer que el Espíritu Santo está detrás de la fecundidad de Berit. 

¿Tienen algún testimonio o experiencia memorable de alguien que haya sido tocado por su música?

(P. Rodrigo Correa) Hay varias historias que nos sorprenden. El primer disco salió en plena pandemia y tenia cantos que le trajeron paz y esperanza a muchas personas. Siempre resulta sorprendente que algun canto influya en decisiones vocacionales al sacerdocio, la vida consagrada o matrimonial. Historias de ese tipo tenemos varias. 

¿Cómo equilibran el ser sacerdotes y músicos al mismo tiempo?

(P. Rodrigo Correa) Es que no sé si nos consideramos músicos en el sentido profesional. Somos sacerdotes (y seminarista) que cantamos y tocamos la guitarra como un modo de hacer oración. Pero no nos dedicamos a eso. Lo hacemos porque hemos encontrado en la música un modo de rezar y lo compartimos porque hemos comprobado que le ayuda a otros a lo mismo. 

​¿Cómo ha sido la recepción del nuevo disco?

(P. Rodrigo Correa) Tremenda. De nuevo, se superan todas las expectativas. La gente es super cariñosa y demasiado buena. Reciben el disco como si se tratara de Frank Sinatra y no podemos estar más lejos de la excelencia musical (ríe). Pero Berit tiene un sello bien artesanal que lo ha hecho cercano y sencillo. Todos pueden tocar y cantar nuestras canciones.

¿Cómo fue la experiencia de presentarse en Austin, Querétaro y Monterrey?

(P. Rodrigo Correa) Muy bonita. Fueron tres momentos de oración cantados. No fueron solo “conciertos” sino momentos de encuentro con Jesús y la Mater. Así lo experimentamos nosotros, así lo habíamos soñado y creo que así lo vivieron las personas que nos acompañaron. 

¿Qué diferencias percibieron en el público y en la conexión con las comunidades en cada lugar?

(P. Rodrigo Correa) Lo de Austin era todo un desafío. Cantamos en el corazón de la Universidad de Texas al aire libre en un lugar abierto a todos los que iban pasando por ahí. Además la mayoría de nuestros cantos son en español. Aún así la Juventud de Austin se la jugó y armaron un momento de oración muy profundo. Fue así también con la Juventud en México. Fueron muy importantes para poder montar los conciertos de oración en cada lugar. 

En todos los conciertos nos acompañó tambien el P. Jeff que vive con el P. Gonzalo en Austin. Se ocupó de un montón de cosas técnicas y prácticas. Ha sido bautizado oficialmente como el manager de la agrupación. 

¿Cómo preparan sus shows en vivo para que sean una experiencia espiritual y musical significativa?

(P. Rodrigo Correa) Con oración y ensayo…mucha oración y poco ensayo  en realidad. Este segundo disco ha crecido en cuanto a arreglos vocales y musicales en comparación con el primero. Y, aunque  necesitábamos más tiempo de ensayo, ha sido bonito comprobar que de tanto cantar juntos, ya nos vamos entendiendo a nivel vocal. Ayuda mucho que seamos amigos. Eso hace que disfrutemos mucho cantar y  rezar juntos. 

¿Qué sienten al ver a las personas cantar y rezar con ustedes durante sus presentaciones?

(P. Rodrigo Correa) Es super emocionante. La primera vez que enfrentamos un concierto grande fue el año pasado en la Jornada Mundial de la Juventud de Portugal. Acompañados de otros hermanos de comunidad, pudimos cantar muchos de nuestros cantos con la juventud internacional. Fue super emocionante y fuimos, creo que por primera vez, conscientes del alcance y de lo bien que puede hacer nuestra musica en la vida espiritual de los jóvenes. 

Podemos reconocer que todo viene de Dios. Que es Él quién nos inspira, que es la Mater quién nos sigue enseñando a rezar. Ver a las  personas rezar con nuestra música nos alegra  y nos muestra que no se trata de nosotros, sino de Dios. Que todo lo que hacemos es para gloria suya y a Él quieren conducir nuestras canciones. 

¿Cómo la música les ha ayudado en su propia relación con Dios y su vocación sacerdotal?

(Manuel Lorca) La música ha sido clave en mi relación con Dios. Es mi manera de expresar mi vida interior y de dialogar con Jesús. El canto eleva lo que el alma necesita, pide y agradece. El don de la música, tanto en lo personal como al compartirla, es un medio y puente muy concreto y directo para el encuentro con Dios.

Para la vocación sacerdotal también se ha complementado muy bien. Al compartir la música, muchos agradecen porque Dios les ha hablado a través de tal canción. Eso es lo que es el sacerdocio al final. Es bonito como la vocación musical es sacerdotal y viceversa.

¿Qué significa para ustedes poder llevar su música más allá de las comunidades locales y llegar a nuevos países?

(Manuel Lorca) Es impresionante como ha llegado a tanta gente nuestra música. No solo a los distintos lugares del mundo donde está Schoenstatt, sino que a tanta gente de otros lugares y carismas dentro de la Iglesia. Muchas veces nos llegan mensajes de personas que no tienen nada que ver con Schoenstatt y que agradecen por la música.

Es una forma concreta de regalar nuestro carisma. La música siempre ha sido una manera muy bonita de vivir Schoenstatt, y que se haga presente para la Iglesia es una manera bonita de vinculación y de expresar lo que tenemos para dar.

¿Cómo sienten que estos conciertos contribuyen a su misión como Padres de Schoenstatt?

(Manuel Lorca) Gracias a Dios se dio la oportunidad de hacer estos conciertos. La verdad no somos un grupo musical que nos dediquemos a esto o que tengamos una proyección tan clara. Simplemente se dio la oportunidad de grabar estas dos veces, y ahora por la cercanía, nuestra motivación y de la gente, logramos hacer esta gira de conciertos en las ciudades donde vivimos.

Pero ciertamente nos damos cuenta de que es un testimonio vocacional bonito. La gente se da cuenta de que somos amigos, que disfrutamos cantar juntos e irradiamos a la vez nuestra relación con Dios a través de la música. Es bonito hacer proyectos juntos y regalarlos a otros. Nuestra misión es acompañar al movimiento, y hacer esto juntos es una manera bonita de compartir como a nosotros nos ha tocado Dios y Schoenstatt, e irradiar lo bonita y fecunda que es la vocación sacerdotal.

¿Cómo influye la espiritualidad de Schoenstatt en su música y en los mensajes que quieren transmitir?

(P. Gonzalo Villaseca) Creo que influye en la libertad para escribir sobre nuestro vínculo personal con el Señor. Escribir desde dentro, tratando de expresar nuestro camino con Dios con las palabras que tenemos, no solo desde lugares comunes o lo que debería ser.

¿Hay algún elemento característico del movimiento que intentan reflejar en sus letras o melodías?

(P. Gonzalo Villaseca) No sé si es algo que hacemos intencionalmente, pero nuestra experiencia del movimiento se refleja en las canciones. En este disco, tal vez, la imagen de Dios que hemos recibido a través de nuestra Alianza de Amor. Un Dios que quiere establecer una relación cercana con nosotros, que se interesa por los que vivimos día a día, que nos ama incondicionalmente.

¿Tienen alguna canción que consideren especialmente significativa para ustedes o para el Movimiento?

(P. Gonzalo Villaseca) Creo que no hemos llegado a ese punto de reflexión todavía, al menos con este nuevo disco. Pero sin duda las canciones de diferentes miembros del movimiento han marcado nuestra manera de rezar. Hay demasiadas canciones, del padre Manuel López Naón, del padre Enrique Da Fonseca, entre otros, que nos han acercado a Dios y alentado a escribir. Sobre nuestras canciones, ojalá ayuden a muchos a rezar y crecer en su relación con Dios y la Mater.

Escucha el disco nuevo aquí

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